LA BIBLIA EN EL CRISOL POSTMODERNO

¿LOS INTENTOS POR DECONSTRUIRLA HAN PROSPERADO?

THEOLOGICAL STUFF

A. Cortés

6/29/202414 min leer

Santa inquisición
Santa inquisición

Introducción

“Dios ha muerto”, fueron las famosas palabras del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Pero su pensamiento solo ha sido uno entre las muchas filosofías que han surgido a lo largo de la historia humana. La nocividad de tales ideas, sin embargo, tiene sus raíces en la filosofía de la serpiente antigua (Gn 3.5), causal de que la comunicación entre el Creador y la criatura quedara interrumpida. Aún así, Dios ya tenía ideado un plan de comunicación que incluiría medios, métodos y formas para que la comunicación se restableciese (Heb 1.1).

A través de toda la historia bíblica se anticipa el anhelo de Dios por querer comunicarse con la raza caída, aún cuando ésta se revelara y desobedeciera. Fue tanto su amor que en la cúspide de Su revelación decide enviar a su Hijo unigénito (Jn 3.16, Heb 1. 2), encarnando ahora las buenas nuevas de salvación.

Mediante Cristo es como Dios dice al mundo que Él no está muerto, que Él “vive por los siglos de los siglos” (Ap 4.9), que su mensaje todavía puede salvar “perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Heb 7.25). Es así como en el presente escrito se verá de manera breve el desarrollo del mensaje de Dios a través de toda la historia bíblica y secular, pasando por el surgimiento de las corrientes filosóficas humanistas, modernas y posmodernas. Finalmente, se plantearán algunas inquietudes respecto al mensaje profético encargado a la iglesia adventista de la actualidad, la cual tiene el gran desafío de proclamar la verdad frente a estas filosofías seculares.

El mensaje bíblico en el registro sagrado: A.T

Es en la Sagrada Escritura donde subyace el mensaje que Dios quiere transmitir a sus hijos. Y el texto bíblico que mejor resume este pensamiento se encuentra en el libro de Hebreos; ahí el autor señala: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” ([énfasis añadido]Heb 1.1, 2)1.

De lo anterior se pueden extraer cuatro puntos importantes. Primero, que la comunicación de Dios hacia sus hijos ha sido constante, “muchas veces”2 ; segundo, que Dios ha usado infinidad de métodos para aproximarse a la raza caída (“muchas maneras”); tercero, que Dios usó a personas singulares llamadas patriarcas y profetas para lograr este propósito; y, cuarto, que Dios, al final de cuentas, decidió enviar a su propio Hijo para entregar Su mensaje personalmente (Mt 2.33-39).

En el A.T. Dios habló a Adán “¿dónde estás tú?” (Gn 3.9); a Noé le prometió que “Estableceré mi pacto contigo…” (Gn 6.18); al patriarca Abraham le prometió engrandecerlo, y le ordenó, “Vete de tu tierra y de tu parentela…” (Gn 12.1); a Moisés le habló a través de la zarza diciendo: “!!Moisés, Moisés!” (Ex 3.4); al pueblo de Israel, después de la esclavitud egipcia, le prometió: “Os tomaré por mi pueblo y seré vuestro". También, el papel de los profetas fue preponderante en todo el A.T., repitiendo un mensaje de consuelo y advertencia: “Volveos, volveos de vuestros malos caminos”; (Ez 33.11). El Mensaje llegaría a un límite; las Escrituras resumen esto cuando dicen que Dios “les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon” (2 Cr 24.19).

El mensaje encarnado: N.T.

Siglos pasarían en silencio profético hasta que en palabras de Juan, “la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad” (Jn 1.14)3. Dios no se conformó únicamente con hablar a los patriarcas y usar a los profetas; el mensaje inspirado declara que “Jesús tomó la humanidad a fin de llegar hasta el hombre donde éste está. La Biblia debió ser dada en el lenguaje de los hombres”4. En el rico lenguaje neotestamentario, Jesús se presenta como el pan de vida, (Jn 6.48), como la vid verdadera” (Jn 15.1), el agua de vida (Jn 4.14), como la puerta” (Jn 10.9), como el camino, la verdad y la vida” (Jn 14.6). ¡El evangelio había llegado!

El mensaje de Dios y los apóstoles

Después de Jesús, serían los apóstoles quienes se encargarían de difundir el evangelio; no obstante, fue el apóstol Pablo el más contundente, y habló de no avergonzarse del “evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Ro 1.16). Sin embargo, habiendo los judíos rechazado este evangelio de Jesucristo, el mensaje de Dios debió tomar otra dirección. Olson expone: “Dado que los judíos, quienes fueron originalmente escogidos para ser el pueblo de Dios, rechazaron a Jesús, Dios los rechazó y estableció como su pueblo a la iglesia cristiana”5. El cristianismo, se constituyó, por lo tanto, en el legado de “esa única materialización de la voluntad de Dios en este mundo”6.

El mensaje de Dios en la cristiandad primitiva

Deiros resume la historia de la iglesia cristiana diciendo que el primer siglo, fue el siglo “apostólico fundacional; el segundo siglo el de los apologistas griegos; el tercero, el siglo de la persecución en el Imperio Romano; el cuarto, el de la Iglesia estatal”7 . Así, durante estos primeros siglos, los mayores problemas que enfrentaría el mensaje de Dios serían la infiltración de herejías, la introducción del helenismo, debates sobre la doctrina bíblica; pero el gran problema tuvo que ver con el imperio romano y el papado. El primero, se constituyó en el enemigo más grande del cristianismo… llegando a amenazar su propia existencia; el último, lanzó persecuciones contra los cristianos que fueron aún peores8

El mensaje de Dios en la Edad Media

Los desacuerdos doctrinales, intolerancia religiosa, puntos de vista respecto a quién debía interpretar las Escrituras… todo esto favoreció el surgimiento de la Edad Media. De esta suerte, el mensaje de Dios que prometía dar consuelo y libertad en Cristo (Jn 8.32),uedó encadenado y recluido, apareciendo en su lugar un ‘pseudomensaje’ de castigo y tormentos eternos en el infierno para los infieles que no se apegaran a la nueva liturgia de la iglesia naciente: la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Oscurantismo religioso.

El oscurantismo religioso puede definirse como aquella etapa de la historia en donde se impedía a las personas conocer la verdad de algo9; etapa en la que la iglesia romana tuvo el control total de la sociedad, frenó el conocimiento, diciendo que la ciencia y el conocimiento eran una amenaza. La religión “se tornó cada vez más tétrica, orientada casi exclusivamente hacia la muerte…”10; fueron “tiempos de dolor, muerte y desorden, el culto cristiano, en lugar de centrar su atención sobre la victoria del Señor en su resurrección, comenzó a preocuparse más y más por la muerte, el pecado y el arrepentimiento”.11

El mensaje de Dios: Reforma, Renacimiento y Modernismo.

Por supuesto, todo esto provocaría una tremenda reacción en las mentes pensantes de aquel tiempo; pero los cambios no sucederían sino siglos más tarde con la llegada de la Reforma. Fueron los reformadores a quienes Dios usaría para que “dieran nuevamente forma” al mensaje que la Iglesia había deformado. El énfasis de estos heraldos era la necesidad de la iluminación del Espíritu. “La Iglesia Romana enseñó que solamente el sacerdote podía interpretar la Palabra de Dios, mientras que los reformadores promovían abiertamente el estudio de la Biblia, afirmando que a todos los creyentes podían ser enseñadas sus verdades por el ministerio de enseñanza del Espíritu Santo. El énfasis de Lutero en la justificación por fe le condujo a decir mucho de la obra del Espíritu en este sentido”.12

A decir verdad, Donner comenta que “al final de la Edad Media no hubo apenas un movimiento de protesta, hubo dos. Uno era el movimiento cultural, intelectual y artístico que conocemos como el Renacimiento; el otro, la Reforma Protestante”13 que cuestionó la cultura medieval, la hegemonía de la iglesia, rompiendo así el molde religioso que se había formado a lo largo de mil años.

Mismamente, mientras que la Reforma pugnaba porque se predicara el mensaje de Dios respecto a la depravación del hombre y de su necesidad de salvación en Cristo, el Renacimiento enfatizaba el valor del ser humano y su capacidad intelectual. Así fue como este último, el Renacimiento, dio paso al humanismo renacentista: el inicio de la Edad Moderna en la que el hombre se convierte en un ser autónomo, “ es la persona que ha dejado atrás la tutela de la iglesia y de la religión, que es dueño de su propio destino”14. Y con la llegada del modernismo llegarían también todos los demás ísmos que hasta hoy permanecen, de los cuales, los que más daño harían a la fe cristiana y al mensaje de Dios, serían el iluminismo y el secularismo (del cual se hablará posteriormente).

El mensaje de Dios versus iluminismo y racionalismo

Para entender un poco el efecto que tuvo el iluminismo, hay que situarse en el contexto de la gente de ese tiempo (siglo XVI). Para ellos, no había dudas de que Dios había creado el universo de acuerdo con el relato bíblico del Génesis. Según Olson “no había una formula doctrinal de la verdad literal de todas las partes de la Biblia, tampoco había alguna preocupación seria por probar las verdades literales de la Biblia”15; es decir, todo se daba por sentado, no solo la creación, sino las historias de Noé, Abraham, Moisés, el pueblo de Israel, los profetas, Jesús y los apóstoles…En todas ellas, Dios era el actor y director en el amplio drama de la historia que se movía desde la creación a la redención, y de aquí hasta la consumación final16.

El iluminismo (S. XVII) sólo admitía la luz natural de la razón en la solución de los problemas humanos.17Para su hijo, el racionalismo, la razón humana fue considerada como plenamente competente para descubrir y definir las creencias religiosas sin ninguna ayuda sobrenatural o revelación divina. Fue esta última corriente la que dio forma al liberalismo y al antisupernaturalismo, “como ocurre en el humanismo o en el agnosticismo… En el siglodieciocho, la influencia y el espíritu dominante en la Ilustración era racionalista. Su expresión religiosa tomó la forma de deísmo y agnosticismo”.18 El iluminismo, por otro lado, trajo también consigo el surgimiento del método científico de hipótesis, prueba, y observación, lo que abrió paso al naturalismo19; cuya filosofía es que todo lo que pudiera explicarse racionalmente constituía una explicación válida y aceptable. Por lo tanto, las intervenciones milagrosas de Dios en la historia, quedarían descartadas20; y al no estar seguros si Dios interviene en la historia, surge entonces el planteamiento de si Dios realmente existe.

Dudas sobre la existencia de Dios

A este agnosticismo, le siguieron una serie de discusiones filosóficas, unas negando la existencia de Dios y otras intentando justificarla: “si Dios existe, ¿cómo puedes probarlo?”, “si el universo es una gran máquina, las máquinas no surgen por sí solas, éste debe ser producto de una inteligencia superior”. Esta fue la causa por la que, desde Emmanuel Kan hasta Karl Barth, en el siglo pasado, se idearon métodos para comprobar la existencia de Dios21. Aunque tuvo su auge, esa ‘moderna’ forma de pensar que dominó el S. XIX, para algunos pensadores contemporáneos, ya se ha vuelto obsoleta”22 . Y en términos cronológicos y de dominación intelectual23, es así como el modernismo dio paso al Posmodernismo.

Posmodernismo y cristianismo

Shenk resume el tema del Posmodernismo de la siguiente manera: [es] “la filosofía más importante que haya moldeado a la sociedad desde mediados de la década de los ochenta”24. Dockery por su parte, menciona que el posmodernismo es una serie de supuestos sobre la realidad que va más allá del relativismo y que impacta la literatura, vestido, arte, arquitectura, música, el sentido de lo que es correcto o incorrecto, la identidad propia y la teología25.

Siendo sinceros, el posmodernismo trabaja de maneras más sutiles que el modernismo en siglos pasados. Muy contrario al modernismo, no asevera que el cristianismo sea una farsa, o que Dios no exista; el pensamiento posmoderno, más bien, no cree que el cristianismo sea la única verdad; puede haber otras verdades; es más, la verdad puede ser definida por cada individuo y por la comunidad a la cual éste forme parte26.

Secularización asaltando al cristianismo.

El modernismo como sistema de pensamiento quedó relegado, mas no podría decirse lo mismo del secularismo, y del proceso de secularización, cuyo rastro y origen puede ser trazado desde el Renacimiento y el iluminismo hasta la actualidad, en la vida de cada persona. El secularismo, primo hermano del posmodernismo, disocia la religión de la vida cotidiana, o en algunos casos ve a ésta como algo opcional. Para Blamires, gracias al secularismo, ya no existe una mente [conciencia] cristiana: “El cristiano moderno ha sucumbido ante la secularización. Éste acepta la religión (moralidad, adoración, cultura espiritual) pero rechaza el punto de vista religioso de la vida, el que pone todos los asuntos terrenales dentro del contexto de lo eternal, el punto de vista que relaciona todos los problemas (sociales, políticos, culturales), los fundamentos doctrinales de la fe cristiana, el punto de vista que ve todas las cosas aquí bajo los términos de la supremacía de Dios y la transitoriedad de la tierra, en términos del cielo y el infierno” (trad. a).27.

El cristiano secularizado ora en lo privado, pero en la práctica actúa secularmente; la iglesia ya no es el lugar para nutrirse y agudizar el intelecto; la cultura cristiana se ha perdido28. Rassi dice: “Muchos contemporáneos pueden ser mejor descritos como secularistas practicantes, viviendo vidas no examinadas, enfocados en la rutina del trabajo y placeres temporales, distraídos por el entretenimiento provisto por los medios seculares y ocasionalmente movidos por el desastre o el dolor” (Trad. a.) 29.

El mensaje del adventismo versus el secularismo posmoderno

Tal ha sido el efecto de la secularización que aquella afirmación de que la iglesia cristiana era la conservadora y proclamadora de la verdad, es ahora ignorada, si no es que rechazada30. Por tanto, ha llegado el punto de preguntar si la iglesia adventista ha escapado de dichas corrientes, y si la respuesta es afirmativa, entonces se debe preguntar también si esos pensamientos posmodernos han afectado su mensaje y misión proféticos. Para quienes señalen que no, Anderson responde que no es cierto que nuestros miembros hayan escapado en gran manera de las tendencias postmodernas… “cualquiera que viva en este planeta está desafiado a aceptar la versión posmoderna de la realidad”31. Pero si esto fuera poco, la onda del posmodernismo y secularismo ha gestado a otra temida tendencia dentro del adventismo; esto es el liberalismo. El liberalismo simplemente ha dado pie a dos posturas actualmente presentes en cada rincón del adventismo: los conservadores y los liberales32.

Liberales y conservadores dentro del adventismo

Para los primeros, el mensaje apocalíptico debe proclamarse a toda costa . En palabras de Knight, para este grupo la predicación zoológica33 debe primar sobre las demás, “debemos denunciar a la bestia”, “hay que proclamar el estudio del Espíritu de profecía”, “hay que volver a la fe de los pioneros”, “debemos ser vegetarianos”34, declaran. Para los últimos, los liberales, la cosmovisión adventista en cuanto a su mensaje y su misión exclusiva, es una mera noción que aparte de conflictiva, es muy elitista. El guardar el sábado podría determinarse en base a preferencias personales; el comprar o vender en el día de reposo también puede justificarse; el cuidar la salud no es necesariamente algo espiritual; y predicar las doctrinas particulares del adventismo son “solo opciones útiles para el mundo”35; “mientras se piense en Cristo y su gracia”, las afirmaciones del adventismo en cuanto a una misión única no interesa tanto36.

Conclusión

El adventismo es un movimiento profético llamado a proclamar el último mensaje de salvación en esta tierra. Sin embargo, uno de sus mayores desafíos para predicar la verdad y llevar a cabo su misión, tiene que ver tanto con el posmodernismo, el secularismo37 y con su estructura misma. Knight expone: “nos hemos apartado de las enseñanzas bíblicas claras…[pero ahora]ha llegado el momento de invertir esta tendencia”38. Hoy en día, el cristianismo, visto en un verdadero adventismo es la antítesis para contrarrestar el pensamiento secular y postmoderno, que a decir verdad, tiene un lado positivo, pues resalta un nuevo interés por los aspectos espirituales y sociales de la vida, la celebración de la diversidad cultural o religiosa39, lo cual presenta una preciosa oportunidad evangelística.

B.B. Beach, hablando de las formas de cómo podemos alcanzar a la generación actual, declara: “necesitamos proveerles información, ayudarles a encontrar significado, multiplicar los servicios de la iglesia y ‘rascar a donde les pique” (Trad. a.) 40. Con esto, se anima a que como pueblo, los adventistas cambien su estructura de pensamiento para alcanzar a aquellos con pensamiento posmodernos 41, pues su mensaje de ayer [del adventismo], es el mismo de hoy, y es también para el público del mañana, solo necesita ser contextualizado en su presentación42.

Brinsmead acierta al decir que: “la contribución adventista no es la única enseñanza; su contribución es su fuerte conciencia escatológica, sus raíces en el A.T, su perspectiva holística del hombre y su profundo respeto por la ley de Dios. Dios ha impartido su gracia maravillosamente al pueblo adventista… El evangelio debe ser el fin del adventismo tradicional"43.

La iglesia adventista no porta un mensaje distintivo, la iglesia es el mensaje mismo. El mensaje del advenimiento a todo el mundo en mi generación no debería ser un cliché más dentro de la jerga adventista: el Mensaje debe ser predicado con fuerza y poder.

Bibliografía

Albarenque Gómez, Alfredo Favio. "El Mensaje de los tres ángeles en un contexto

posmoderno." Davarlogos 12, no. 1/2 (May 2013): 243-256. Academic Search

Complete, EBSCOhost (accessed July 1, 2016).

Anderson, Shane. Cómo Matar La Educación Adventista: Y Cómo Darle Una Oportunidad.

México: Agencia de Publicaciones México Central, A.C., 2010.

Beach, Bert Beverly, and Graz, John. 101 Questions Adventists Ask. Nampa, Idaho: Pacific

Press Pub. Association, ©2000.

Blamires, Harry. The Christian Mind: How Should a Christian Think? Study guide ed. Ann

Arbor, Mich.: Vine Books, 1997.

Brinsmead, Robert D. Judged by the Gospel: A Review of Adventism. Fallbrook, CA: Verdict

Publications, 1980.

Caldwell R., Charles, Teologı́

a básica. Miami: Editorial Unilit, 2003.

Correa de Andrade, Claudionor. Diccionario Teológico: Con un Suplemento Biográfico de

los Grandes Teólogos y Pensadores. Miami, FL: Patmos, 2002.

Deiros, Pablo. Historia del Cristianismo: Los primeros 500 años, Formación Ministerial.

Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Centro, 2005.

Dockery, David S. The Challenge of Postmodernism: An Evangelical Engagement. Grand

Rapids, Mich.: Baker Books, 1997.

Dybdahl L, Jon. Adventist Mission in the 21st Century: The Joys and Challenges of

Presenting Jesus to a Diverse World. Hagerstown, MD: Review and Herald Pub.

Association, ©1999

González, Justo L. Bosquejo de historia de la iglesia: González, Justo L. (Decatur, GA:

Asociación para la Educación Teológica Hispana., 1995), 71.

Knight, George R. La Visión Apocalíptica y La Castración Del Adventismo: ¿estamos

Borrando Nuestra Relevancia? 1a edición. ed. Doral, Fla.: Asociación

Publicadora Interamericana, ©2009.

Millard J. Erickson, Teología sistemática, ed. Jonatán Haley, trans. Beatriz Fernández,

Segunda Edición., Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls,

Barcelona: Editorial Clie, 2008), 159.

Misión y contextualización: llevar el mensaje bíblico a un mundo multicultural. Libertador

San Martín, Entre Ríos, Argentina: Editorial Universidad Adventista del Plata,

2004. ATLA Religion Database with ATLASerials, EBSCOhost (accessed July 1,

2016).

Olson, Duane. Issues in Contemporary Christian Thought: A Fortress Introduction.

Minneapolis: Fortress Press, ©2011.

Shenk,David. Demasiado Valioso para que se pierda. Wheaton, IL: Alianza Evangélica

Mundial:1997)

Theo G. Donner, Fe y posmodernidad: Una cosmovisión cristiana para un mundo

fragmentado (Terrassa (Barcelona) España: Editorial CLIE, 2004), 37.

Warren C. Young, ed. Everett F. Harrison, Geoffrey W. Bromiley, y Carl F. H. Henry,

Diccionario de Teología (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2006), 507.

White, Elena G. Recibiréis Poder. Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana,

2009.

a Bible opened to show a book with candles and candles
a Bible opened to show a book with candles and candles

Contáctame vía mail o canales Telegram o Whastapp


soporte@digitpastor.com