JESÚS NUNCA HUYÓ DE LOS ZORRILLOS Y LEPROSOS
Exploro el toque sanador de Jesús y su bendición sobre los más vulnerables. Jesús rompió los protocolos sociales de la época. Los líderes de ese tiempo decían: no te juntes con él, tiene un "problema muy, pero muy delicado". Jesús no tan solo desobedeció, si no que tocó y sanó a esta pobre gente.
SERMONS
A. Cortés
6/23/20242 min leer
De toques a toques...
Recientemente, un video del Dalai Lama tocando y besando a un niño ha generado controversia y debate en las redes sociales. A diferencia del toque sanador de Jesús, este evento ha sido interpretado por muchos como inapropiado y ha suscitado críticas, y mientras algunos defiendan al Dalai Lama como una figura cariñosa y afectuosa, yo me centraré en mi Jesús en este breve post y en el tema que te invito a descargar al final.
En la época de Jesús, las normas sociales y religiosas eran muy estrictas. Los líderes de ese tiempo dictaban con quién uno podía relacionarse, especialmente si la otra persona tenía algún tipo de 'problema muy, pero muy delicado'. Sin embargo, Jesús no solo desobedeció estas normas, sino que también tocó y sanó a aquellos que más lo necesitaban.
¡Protocolos Sociales!
Jesús fue un verdadero revolucionario. Mientras los líderes religiosos decían 'no te juntes con él', Jesús se acercaba a los marginados y vulnerables. Personas con enfermedades contagiosas, considerados impuros, eran evitados por todos. Pero Jesús rompió los protocolos sociales, tocando y sanando a estas personas, mostrando así que su amor y compasión no conocían límites.
La bendición de Jesús sobre los más vulnerables no solo tenía un impacto físico, sino también emocional y espiritual. Al tocar y sanar a estas personas, les devolvía la dignidad y la esperanza. Les permitía reintegrarse en la sociedad y sentirse valorados nuevamente. Jesús demostró que cada persona, sin importar su condición, merece amor y respeto.
¿Le huyes a los zorrillos y leprosos?
El toque sanador de Jesús es un ejemplo para todos nosotros. Nos enseña a mirar más allá de las apariencias y a no juzgar a los demás por cualquiera sea la situación. En lugar de alejarnos de aquellos que sufren, debemos acercarnos y ofrecer nuestra ayuda y compasión. Así, al igual que Jesús, podemos romper barreras y hacer una diferencia en la vida de los demás, aunque te digan: "no puedes acercarte, quedarás impuro o incluso puedes perder tu trabajo".
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