¿Israel, el Pueblo Escogido por Dios? La Verdad que Debes Saber

La Resiliencia de Israel

Israel, como nación, es una maravilla moderna. Ha resurgido de las cenizas tras milenios de exilio, persecución y tragedia. Ha hecho florecer el desierto, lidera en innovación tecnológica, medicina y ciberseguridad. Es la cuna de mentes brillantes como Albert Einstein, Sigmund Freud, Jonas Salk, Daniel Kahneman, y talentos culturales como Itzhak Perlman (virtuoso del violín) o Natalie Portman (ganadora del Óscar). Es tierra de resiliencia y logros. Todo esto es digno de admiración.

Pero... ¿eso significa que sigue siendo el pueblo escogido de Dios según la Biblia?

¿Qué Dice Realmente la Escritura?

En un mundo de titulares virales y pastores populares que declaran con entusiasmo: “Israel es el pueblo de Dios”, es fácil dejarse llevar por la emoción, la política o el respeto histórico. Pero la pregunta esencial es esta: ¿Qué enseña realmente la Palabra de Dios?

El Propósito Glorioso de Israel

Dios eligió a Israel con un propósito glorioso:

• “Luz a las naciones” (Isaías 42:6, 49:6)

• “Cabeza y no cola” (Deuteronomio 28:13)

• “Reino de sacerdotes y nación santa” (Éxodo 19:6)

Pero la historia bíblica también revela que, como nación, Israel falló repetidamente en ese llamado:

• Se contaminó con ídolos (Jeremías 3:8-9, Ezequiel 16:15-34)

• Rompió el pacto con Dios (Oseas 4:12-13)

• Rechazó a los profetas enviados (2 Crónicas 36:15-16)

• Y finalmente, rechazó al Mesías prometido (Juan 1:11, Mateo 23:37)

Jesús mismo lamentó:

“Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas… ¡cuántas veces quise juntarte… y no quisiste!” (Mateo 23:37)

Incluso predijo la destrucción del templo (Mateo 24:2), cumplida en el año 70 d.C. por los romanos.

¿Ha Desechado Dios a Israel?

Pablo lo pregunta con fuerza en Romanos 11:1:

“¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera!”

Pero ojo: Pablo no dice que toda la nación física siga siendo el pueblo exclusivo de Dios. Lo que él enseña es que Dios siempre guarda un remanente fiel —judíos que creen en el Mesías— y que, junto a los gentiles creyentes, forman el Israel espiritual.

• “No hay judío ni griego… porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28-29)

• “El verdadero judío es en lo interior, en el corazón” (Romanos 2:28-29)

• “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa…” (1 Pedro 2:9)

Ya no se trata de linaje, geografía ni cultura. Se trata de ** en Cristo.

La Iglesia —compuesta por creyentes de toda lengua y nación — ha asumido el llamado original: llevar la luz al mundo (Mateo 28:19-20).

El Israel Espiritual: ¿Y Ahora Qué?

Dios no reemplazó a Israel como si fuera desechados. Él cumplió su promesas en Cristo y abrió las puertas de su Reino a todos los que crean. El olivo verdadero sigue en pie. Los gentiles han sido injertados (Romanos 11:17-24), y los judíos también pueden volver a él.

La frase "todo Israel será salvo" (Romanos 11:26) no se refiere exclusivamente a la nación étnica de Israel, sino al conjunto de creyentes, el nuevo Israel de Dios (Gálatas 6:16).

Ahora, también es bueno mencionar que no todo el Israel espiritual será salvo. Así como el Israel antiguo cayó por incredulidad, también hoy hay quienes forman parte visible de la Iglesia, pero no del remanente fiel.

Jesús dijo:

“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’ entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre” (Mateo 7:21).

Y Apocalipsis declara:

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).

Sí, también hay que decirlo… Pero ese es tema para otro momento.

Un Mensaje Bíblico, No Político

Este mensaje no es antisemita, ni político, ni fanático. Es bíblico. Dios no hace acepción de personas: ni antes, ni ahora. El pueblo escogido de hoy es el que cree en Jesús como Mesías, Salvador y Rey, y que vive su fe con fidelidad y obediencia.

Admiramos profundamente la historia, el ingenio y la resiliencia del Israel moderno. Pero admirar no es lo mismo que exaltar fuera del contexto bíblico.

"Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento" (Oseas 4:6)

No permitas que la ignorancia disfrazada de “respeto religioso” te impida ver la verdad. La fe verdadera no se hereda ni se compra: se vive.

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