El Triste Fin de un sabio que Perdió el Rumbo

Esta presentación discute la orden de David y la desobediencia de Salomón, en cuanto a esforzarse y ser hombre. Salomón perdió el rumbo y tampoco hizo caso a la ley respecto a los reyes que Moisés había dejado escrita en Dt. 17.14-20. Tristemente, según la Biblia, Salomón terminó probando todo tipo de placeres: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno” (Eclesiastés 2.10.). Elena de White dice que su carácter se volvió afeminado. Lamentable resultado por no obedecer la Palabra de Dios.

SERMONS

A. Cortés

7/11/20242 min leer

a man in a crown sitting on a throne
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La Orden de David a Salomón

David, el gran rey de Israel, antes de morir, dio una orden fundamental a su hijo Salomón: "Esfuérzate y sé hombre". Esta orden no solo implicaba valentía y fuerza física, sino también una rectitud espiritual y moral. David quería que Salomón siguiera los mandamientos de Dios y gobernara con justicia y sabiduría.

La Ley de Moisés y los Reyes

Moisés, en Deuteronomio 17:14-20, dejó claras instrucciones sobre cómo debían comportarse los reyes de Israel. Estas leyes incluían no multiplicar caballos, no tomar muchas esposas, y no acumular grandes cantidades de plata y oro. Estas reglas tenían como objetivo prevenir que los reyes cayeran en la arrogancia y se alejaran de Dios.

El Desvío de Salomón

Sin embargo, Salomón no siguió estas instrucciones. En cambio, hizo todo lo opuesto. Acumuló riquezas inimaginables, tomó muchas esposas y concubinas, y permitió que su corazón se inclinara hacia otros dioses. En Eclesiastés 2:10, Salomón admite: "No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno". Su búsqueda de placer y materialismo lo llevó a desviarse completamente de los caminos de Dios.

El Triste Resultado

Elena de White, una influyente escritora, menciona que el carácter de Salomón se volvió "afeminado" debido a sus excesos y desobediencia a la palabra de Dios. Este término se refería a la pérdida de su firmeza y fuerza moral, algo que contradecía la orden inicial de David de "ser hombre". Al final, Salomón, a pesar de toda su sabiduría y riquezas, terminó con un legado marcado por la desobediencia y la decadencia.

La historia de Salomón es una advertencia sobre los peligros de alejarse de la palabra de Dios y perseguir los placeres mundanos. Nos recuerda la importancia de mantenernos firmes en nuestra fe y obediencia, sin importar las tentaciones que enfrentemos en la vida.

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